Dolors Corella, pionera de la genómica nutricional

Cuando Dolors Corella Piquer (Onda, Castelló, 1966) recibió el Premio Rey Jaime I a la Investigación Médica 2018, esta catedrática de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat de València llevaba ya 30 años dedicada en cuerpo y alma a la ciencia; precisamente los mismos que cumplían los célebres galardones enarbolados por un jurado de premios Nobel y científicos de prestigio mundial. Bonita coincidencia para reconocer la contribución de esta castellonense de La Plana Baixa al nacimiento de la Genómica Nutricional, una disciplina emergente que estudia las interacciones entre los alimentos y el genoma y que puede mejorar la salud pública mediante programas de nutrición personalizados para la prevención de enfermedades.

 


Dolors Corella contribuyó a demostrar mundialmente los beneficios de la Dieta Mediterránea en personas con riesgo cardiovascular. Esto es algo indiscutible, entre otras cosas porque forma parte de Predimed, uno de los proyectos responsables de la inclusión de este régimen alimentario tan nuestro en las guías oficiales de vida saludable de muchos países, como EEUU


 

Todo comenzó cuando, después de obtener la licenciatura de Farmacia en 1989, inició su formación predoctoral en el Instituto de Investigaciones Citológicas de Valencia –germen de la investigación biomédica en España– de la mano del profesor Santiago Grisolía y atraída por la figura de Severo Ochoa, quien le entregó su primera beca de investigación.

Intuir que algún factor genético debía estar condicionando la respuesta del metabolismo humano ante la ingesta de alimentos, o que el estilo de vida podría convertirse en una herramienta para la salud, la llevó a indagar en el mundo de la genómica para la prevención de enfermedades cardio-metabólicas, en concreto en el estudio de las interacciones gen-ambiente y en especial en el campo de la Nutrición. Siguiendo esta línea, no tardó en colaborar con científicos de prestigio mundial, participando en proyectos internacionales que han sido clave para el desarrollo de la investigación en Salud y Nutrición. Es el caso del Framingham, que identificó el colesterol y la hipertensión arterial como factores de riesgo cardiovascular; o el National Health Study of Singapore (1998), el más importante estudio internacional sobre interacciones genes-dieta para determinar enfermedades cardio-metabólicas, financiado por el Ministerio de Sanidad de Singapur bajo las directrices de la OMS.

Dolors Corella contribuyó a demostrar mundialmente los beneficios de la Dieta Mediterránea en personas con riesgo cardiovascular. Esto es algo indiscutible, entre otras cosas porque forma parte de Predimed, uno de los proyectos responsables de la inclusión de este régimen alimentario tan nuestro en las guías oficiales de vida saludable de muchos países, como EEUU.

Ferviente defensora de esta valiosa herencia cultural –la Dieta Mediterránea– que representa mucho más que una simple pauta nutricional –“es saludable y sostenible; no solo tenemos que pensar en nosotros sino también en el medio ambiente”, asevera–, está reconocida como una de las principales científicas en investigación alimentaria. La acreditan más de 350 artículos en revistas internacionales de alto impacto y numerosas revisiones en torno a los diferentes hitos con los que cuenta como investigadora: por una parte, haber introducido la interdisciplinariedad en su campo de análisis y haber creado la metodología de estudio en vigor sobre las interacciones gen-dieta. Por otra, demostrar que una susceptibilidad genética no significa necesariamente una enfermedad.

Asegura que el camino no ha sido fácil. La muerte prematura de quien fue su mentor científico –el catedrático Pedro Cortina– la dejó académicamente huérfana cuando aún no tenía treinta años, y su carrera se precipitó a través de un camino en solitario; un camino prometedor, innovador, pero entonces apenas iniciado. “Batallar con la falta de recursos económicos para la investigación y con la desventaja de ser mujer en un ambiente científico muy masculino complicaba mucho el trabajo”, comenta. Desde 2006, Dolores Corella también es jefa de grupo del CIBEROBN.

En 2019 pasó a formar parte de la Real Academia Nacional de Farmacia (RANF), avalada por su trayectoria científica y académica. Conversamos con ella, poco después, en su reducido despacho departamental ubicado en la Facultad de Medicina, detrás de una mesa repleta de papeles amontonados e informes que documentan las ideas que transmite, cargadas de conocimiento, de experiencia, de innovación… Y hablamos de nutrición, de dieta, de salud, de investigación y del pasado, presente y futuro de la Medicina, una ciencia en constante revisión desde que el Genoma Humano fue secuenciado y la tecnología comenzó a ofrecer herramientas antes impensables para interpretar y manejar nuestro material genético. Acabamos comprendiendo la importancia de las “ómicas”, disciplinas “sin las cuales ya no es posible entender la investigación médica”, y quedamos convencidas de que introducir la perspectiva de género en el método científico es una cuestión fundamental si queremos tener una ciencia de calidad.

 

Olga Dénia

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