Romper el “muro verde” para descubrir sus tonalidades

En la actualidad estamos siendo testigos de un incremento en la práctica del senderismo en todas sus variantes, como una necesidad social que busca en la naturaleza escapar del estrés y el caos cotidiano.
Sierra de Aitana. Autor: José Carlos Cristóbal

La revolución industrial nos condujo a un alejamiento de nuestra madre tierra, en busca de un “bienestar” que está acabando con ella. Pero, cada vez más, estamos intentando fortalecer el lazo que nos unía a la Naturaleza y queremos volver atrás. Por ello, las personas que hoy, de nuevo, se reencuentran con la naturaleza son muy diversas, con objetivos y disponibilidades diferentes; pero muchas necesitan acceder a través de la tecnología, que es donde se sienten más cómodas. En este sentido, hace unos días se presentó un proyecto innovador y ambicioso (https://gr-alacant.ua.es/es/index.html), donde además de la digitalización de más de 600 kilómetros de rutas por las montañas alicantinas, se ofrecerá información paralela a la ruta en sí. Y es ahí donde los responsables de este proyecto se ponen en contacto con nosotros el Grupo de Investigación de Botánica y Conservación Vegetal de la Universidad de Alicante, para dotar de contenido algunas de las capas del recorrido.

 

Teucrium buxifolium subsp. rivasii., conocida comúnmente como Zamarrilla roja de roca. Autor: José Carlos Cristóbal

En nuestro grupo nos sentimos responsables de transferir nuestro conocimiento y de llevarlo a toda la ciudadanía. Por esta razón, hemos comenzado a trabajar en este sentido y con el objetivo de que todas las personas que hagan los recorridos identifiquen y pongan en valor el componente vegetal (flora y vegetación) que nos rodea. Las plantas son verdes, casi todas de ellas; pero en ciencia es temerario hacer afirmaciones rotundas. Pero el verde tiene miles de tonalidades que nos ayudan a diferenciar unas especies de otras.

Las personas perciben de las plantas que son el trasfondo de la Tierra. Esos seres que no se mueven y que forman parte del escenario que se recorre; pero no somos conscientes de que son esenciales y pasamos entre ellas sin notar su propia existencia. Son la matriz fundamental que da soporte a las diferentes comunidades de organismos vivos que constituyen los ecosistemas, tanto terrestres como acuáticos (continentales o marinos). Conviene recordar que la biota de un territorio es el resultado de procesos de selección y adaptación de los diferentes linajes, a unas condiciones climáticas y tipos de suelos que, a la par, han ido cambiando y evolucionando a través de los milenios en paralelo a las estirpes de organismos.

 

 


Las personas perciben de las plantas que son el trasfondo de la Tierra.


 

Saxifraga longifolia, conocida como corona de Rey, una planta escasa en los roquedos de las sierras alicantinas. Autor: José Carlos Cristóbal

El concepto “plant blindness” (la ceguera de las plantas) se acuñó en 1999 por unos educadores americanos, conscientes de que el alumnado no reconocía a las plantas como componentes importantes de los ecosistemas, y además desconocía cómo éstas afectan a nuestra vida cotidiana. En suma, el alumnado entendía que los animales eran más importantes en su cuidado y era incapaz de reconocer una sola especie vegetal, entendiendo a las plantas como un mero fondo (Knapp, 2019). Por ello, siguiendo la estela de estos botánicos tenemos que trabajar para revertir esto y que se comprenda que nuestra vida depende de las plantas, que sin oxígeno no podríamos respirar, que las plantas tienen otros “tempos” mucho más largos que los de los humanos, y que su importancia se mide en tiempo geológico. Los humanos percibimos el pasado a corto plazo y es posible que este cortoplacismo agrave la ceguera de las plantas. Ante esta premisa, nuestra obligación como botánicos es utilizar todas las herramientas a nuestro alcance para conseguir que se vea más allá de un “muro verde” y revaloricemos el componente vegetal que disfrutaremos en los senderos propuestos. Con un objetivo: aumentar el conocimiento para influir en la conciencia individual y el cuidado de la vida vegetal.

Este proyecto de visibilización del paisaje vegetal y todos sus componentes es un buen punto de partida para llegar a la sociedad y trabajar en la sensibilización de muchas personas, que en su tiempo libre hacen senderismo, mostrándoles la riqueza vegetal que las rodea, transfiriéndoles conocimientos sobre el componente vegetal de cada una de las etapas que van a recorrer. Las montañas del norte de Alicante (biogeográficamente, pertenecientes al subsector Alcoyano-Diánico, sector Setabense) son un territorio especialmente valioso por su flora y vegetación. Las particulares condiciones edáficas y climáticas, junto con la historia geológica reciente del territorio, han propiciado la diferenciación de una flora y hábitats extraordinarios en el contexto del Mediterráneo occidental. El porcentaje de plantas y hábitats endémicos (exclusivos e irrepetibles) es muy elevado, lo que ofrece un valor añadido a la rica historia de asentamientos humanos, que se remonta varios miles de años atrás. Relacionada con ello, existe una larga tradición de uso de las plantas para su aprovechamiento en diferentes aspectos (alimentarios, medicinales, agropecuarios, constructivos, mágicos, etc.), que ha sido recogido y conservado en el saber popular, lo que enriquece aún más si cabe los aspectos puramente biológicos del norte provincial.

 

Referencias:

Knapp, S. (2019). Are humans really blind to plants? Plants, People, Planet, 1,164-168. http://doi.org/10.1002/ppp3.36

 


María Ángeles Alonso
Investigadora del Grupo de Botánica y Conservación Vegetal de la Universidad de Alicante
Bio

 

 


 

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