El secreto de la supervivencia de las tortugas

Investigadores de la UMH participan en un estudio sobre la capacidad de almacenar esperma de las tortugas moras
Testudo graeca

A priori, las cualidades de la tortuga mora (Testudo graeca) son todo hándicaps: es muy lenta, pequeña, no regula su temperatura corporal, necesita hibernar y no es tan longeva como las tortugas de las Galápagos. Sin embargo, los últimos estudios indican que la tortuga mora tiene un arma secreta: la capacidad de las hembras para almacenar el esperma durante, al menos, cuatro años.

Después de la cópula, la hembra de la tortuga mora almacena el esperma en unos túbulos en la zona del oviducto del aparato genital. Cuando el óvulo madura en el ovario, baja por el oviducto pudiendo ser fertilizado con el esperma almacenado. Esta es una de las conclusiones del estudio en el que participan investigadores de la UMH, la Universidad de Illes Balears, la Universidad de Zaragoza, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas y el Instituto de Investigación Ambiental UFZ de Leipzig (Alemania).


Si la capacidad de almacenar esperma a un solo periodo reproductivo disminuyera, muchas poblaciones se extinguirían en unos 200 años, según el programa Stepland


En el trabajo, la UMH ha desarrollado el modelo Stepland, que simula y prevé el comportamiento de las poblaciones de tortuga mora en un escenario de cambio climático, contaminación creciente y pérdida de hábitat por incendios, sequías o la acción del hombre. Según el programa Stepland, si disminuyera la capacidad de almacenar esperma a un solo periodo reproductivo, muchas poblaciones se extinguirían en unos 200 años.

Este rasgo biológico compensa la baja capacidad de desplazamiento de la especie, ya que puede llegar a pasar su vida en 0,2 hectáreas. La espermateca es el rasgo evolutivo clave para el mantenimiento de las poblaciones de tortuga mora y se ha descubierto que este factor puede ser relevante de cara al futuro en el actual contexto de pérdida y fragmentación de su hábitat, que aísla a las tortugas.

Aún se desconoce mucho de esta característica que, entre otras consecuencias, a menudo da origen a una paternidad múltiple, de manera que los huevos de una puesta pueden provenir de diferentes machos reproductores (de los últimos cuatro años). Otro de los aspectos a indagar es si en el ámbito de la espermateca de las tortugas, se produce un fenómeno de “competencia espermática”, por la cual algunas células reproductivas masculinas se imponen a la hora de la fecundación o si ésta se produce en función de si el apareamiento ha sido más o menos reciente.

Origen y evolución de Testudo graeca

La tortuga mora, originaria hace 5 millones de años en el Cáucaso, tiene poblaciones naturales en diversos puntos de Asia, África y Europa. En España habita desde hace unos 20.000 años en el sureste peninsular entre la Región de Murcia y Almería y, desde tiempos históricos, en Mallorca y en el Parque Nacional andaluz de Doñana, además de Ceuta y Melilla.

Con distintas técnicas de análisis genético, los investigadores de la UMH analizaron más de 400 ejemplares en 18 emplazamientos en el sureste ibérico, Marruecos y Argelia. Al distinguir genéticamente las tortugas ibéricas de las norteafricanas, se dieron cuenta de que el ser humano sigue influyendo en la distribución de estas poblaciones, puesto que algunos ejemplares habían sido introducidos recientemente. También, descubrieron que el origen de la población del sureste peninsular podría hallarse en una región cercana a Orán (Argelia) y su punto de llegada más probable sería la cuenca de Vera (Almería).

Estudiar el origen de la tortuga mora en el sureste ibérico ha servido para entender la adaptación genética de las especies en un contexto de cambio climático. En 2013, algunas investigaciones encontraron huellas del llamado “surfing genético”, un fenómeno recientemente descrito, en las poblaciones de tortuga mora. Según este concepto, a medida que avanza la expansión de una especie se pierde diversidad genética, se generan gradientes e incluso sectores homogéneos y se alcanzan fuertes diferencias en poco espacio de terreno. Así, el azar, sumado a una capacidad de dispersión lenta y a una densidad baja de individuos, puede modelar la genética de los procesos de expansión de los organismos, algo atribuido hasta el momento a la selección natural.

Enlace del artículo: https://issuu.com/umhsapiens/docs/sapiens_28_issuu/12


María Victoria Jiménez Franco
Investigadora del área de Ecología UMH
Bio

 

 


Eva Graciá Martínez
Profesora del área de Ecología UMH
Bio

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